Parece ilógico que en pleno siglo XXI aunque las mujeres representan un poco más de la mitad de la población mundial, persisten las brechas de género en el mercado laboral. En España, las mujeres cobran 4.915 euros menos al año que ellos o, lo que es lo mismo, trabajan gratis al año un total de 51 días, según datos del sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda. Estas brechas de género también son visibles en la infrarrepresentación de las mujeres en muchos campos científicos, así como en puestos de liderazgo en todos los sectores. De media, las mujeres solo representan el 8% de los CEO de las empresas y solo el 29% de los miembros de los consejos de administración.
Una de las principales razones por lo que esto ocurre es debido al sesgo de parcialidad. Un 25% de las trabajadoras tiene un contrato de tiempo parcial, frente a un 9% en el caso de los hombres. La elección de este tipo de jornada por parte de las mujeres no es fortuita y viene dada por diversos factores como el cuidado de menores o familiares a su cargo. Este tipo de responsabilidad suele recaer mayoritariamente en ellas. Siendo también las que más excedencias por nacimiento de hijo o cuidados de mayores tienen principalmente en España, a día de hoy.
El tipo de sector y las características de sus puestos son otras de las causa que generan esta desigualdad salarial. Es fácil ver una gran diferencia entre mujeres y hombres según el sector en el que nos encontremos. Mientras que la educación o el comercio son sectores mayormente feminizados, la industria manufacturera, por ejemplo, se compone mayoritariamente por hombres. Por lo general en los sectores con los salarios más altos, la brecha salarial es menor y la presencia de mujeres minoritaria.
Aunque la tendencia de la legislación actual es la de corregir la desigualdad de género dentro del mercado laboral, la realidad es muy distinta. Los planes de igualdad impuestos a las empresas no están siendo una herramienta lo suficientemente eficaz para erradicar estas diferencias. Si bien es un buen modo de evidenciarlas.
La crisis de la pandemia de Covid-19 ha tenido un impacto desproporcionado en las mujeres. Siendo las más afectadas por grandes pérdidas de empleo ya que los sectores que más han sufrido están mayoritariamente compuestos por mujeres. Por otro lado, tuvieron que asumir una parte desmedida del aumento del trabajo doméstico y de cuidados cuando se cerraron las escuelas y las guarderías.
De este modo es más que evidente que la legislación actual debe ir más allá, proponiendo cambios por la igualdad entre hombres y mujeres no solo en materia laboral, sino también social. Ya que el panorama actual del mercado laboral no es más que una representación de la desigualdad de género que vivimos en la sociedad.
Maria Isabel Leal García.
