abril 27, 2024

Los que no reblaron

Mi relación con Esfuerzo Común no puedo decir el año que comenzó. Simplemente que en Santander se vendía Montejurra y Esfuerzo Común y como yo llevaba desde los 13 años intentando enterarme, pero sin preguntar, la contradicción que detectaba en los libros de texto, según la cual los Carlistas eran buenos en 1833, regulares o malos en 1872, buenísimos en 1936 y luego simplemente desaparecían y a mí ante esas explicaciones simplistas no me encajaban las cosas.

En 1967 y tras una relación epistolar con una carlista que aún hoy sigue siendo objeto de debate, absolutamente fiel a D. Javier y Carlos Hugo y un contacto personal con el P. Máximo González del Valle aterricé en Valdeiglesias en la AET donde conocí a multitud de gente empezando por Pepe Zavala, mío es el editorial del boletín con el rostro de CH tirado en la vietnamita… y siguiendo por Clemente, Puri Barranco, su padre, Marchelina, Maribel, Olcina, Rafael, Gabriel Alonso, Emilio Alonso, a Romero Raizábal lo conocí ese año en Montejurra con Edistio Sancho y un largo etc. Tras fracasar en Madrid, el Ejército, o Sabino Fernández Campo como yo esperaba o antes el Aire como voluntario, a S.F.C. No lo conocí en persona pero era una relación para mandarme al Batallón del Ministerio que mandaba entonces. Todo se trastocó y me quedé en Vizcaya bombardeando Bilbao con salvas el día del Corpus…

En 1970 y a pesar de no haber localizado más que el libro famoso del diplomático sobre el Carlismo fui a Zaragoza, en 1971, ya con trabajo, llamé y contacté con Sánchez Romeo y Tomás Muro. Años atrás en la sede había visto a Escobar y con P.J. Zabala que ya entonces casi alardeaba en SVCCVM de tener poco pelo. Mi primera colaboración apareció creo que en febrero de 1971, hasta el número posterior a mayo de 1976 con “Volveremos a Montejurra” en Cartas a un Veterano.

En Esfuerzo Común firmé viñetas como Virus y textos como Joan Tarres con la sección fija de Cartas a un Veterano, que era mi preferida, hice “Reconciliación” que eran recopilaciones de textos de mucha gente en plan de superación de la guerra civil, Artículo Segundo era la lucha por la libertad de expresión y de prensa simplemente con la recopilación de la persecución y sentencias contra periodistas en España y todo el mundo. Aisladas eran poco, agrupadas era demoledor y poco podía decir la censura. Firmas de J. López, Juan Soler, etc. Entrevisté a Romero Raizábal, ya podían mejorar la foto de internet al menos con la que le hice, poco antes de su muerte para la revista, a Pio Muriedas, alguna feminista.

Si antes de Zaragoza yo había sido lector, que no seguidor, del Que Pasa, algo de Fuerza Nueva, y el Español que ahora quiere ignorar el Ramírez, que era de la ultraderecha, para vender el suyo como si fuese nuevo, pues ya me dediqué al análisis de la extrema derecha por comprender el peligro para el futuro a partir de 1975 que suponía y supone, en eso no me he equivocado porque parece que hasta a Villarejo le han robado las “pruebas” los patriotas de despacho que son demócratas todos los días para seguir disimulando.

Los secuestros de Esfuerzo Común eran tremendos, hay hasta números de los que no se conservan ni las pruebas, al parecer, se llevaron hasta las planchas. Las autoridades querían a toda costa el fichero de suscriptores y Sánchez Romeo no estaba dispuesto a eso y de ahí los pretextos para secuestrar. En 1973, en días de Pinochet, yo había escrito “Cuando muere un Presidente” como artículo pero Tomás Muro escribió “Chile roto” y lo puso de editorial. Por secuestrar secuestraron hasta la contraportada en la que solo se veía un tanque… y cuando yo me enteré el bueno de Tomás Muro ya había ido al Juzgado y se había hecho responsable y a la vez autor del editorial y lo demás.

Yo no lo entendía porque había escrito sobre Chile, y de España nada, era 1973… solo había una frase sobre que a Allende le habrían matado “los de siempre”, yo aludía a los de siempre de Chile pero los de siempre era una expresión con mucha miga en España aunque hablases de los romanos y los de siempre de acá pensaron que iba a por ellos aunque se pensara en los de “allá”.

De todas formas cualquier pretexto pueril les valía para el secuestro, Tomás me dio una explicación confusa sobre que yo estaba en edad militar… y no lo entendí porque yo ya estaba más que licenciado tras mi variada experiencia vasca… El caso para la gente franquista era secuestrar y multar aunque fuesen hojas parroquiales recordando que en los evangelios viene que hay que pagar a los obreros…

Hoy el Garamendi con “abaratar” los despidos pues igual pero con mejores modales, yo no se lo agradezco, que conste. El otro secuestro de que fui objeto es que yo que no se dibujar, hice una caricatura de un político italiano que salía en Tempo, que se vendía en España, y digamos que hice algo parecido a lo de un dibujante francés, Caran D’Ache con la cabeza de un Borbón francés un siglo atrás con forma de hortaliza o así, le puse 40 pesetas kilo. Y al día siguiente de salir en la Audiencia de Zaragoza estaban cotilleando que los carlistas le habían cortado la cabeza a Carrero Blanco, un parecido había, es cierto, pero lejos de mi intención la de suicidarme con el Almirante, dicen que famoso por haber dejado sin industrias a Santander para disfrutar de sus paseos y tranquilidad bucólica.

Ahí tuve que ir al Juzgado, decir, era verdad, que era un chiste surrealista, descarté la tesis de Ildefonso de que era un chiste sobre el precio de la fruta no fuera que lo empeorase, y que el surrealismo  en aquel momento podía definirlo mejor que nadie Salvador Dalí… Ese pretendía yo que iba a ser mi testigo de descargo sabiendo la trascendencia que tendría en la prensa tal hecho al conocerse. Total que, no se si multaron por lo administrativo, quizá no porque me habrían multado a mi tal vez, pero los malos ratos no hay quien te los quite.

Tomás al final lo dejó, todos sabíamos que no era por él, era el Carlismo de la revista lo que traía la persecución, la misma fijación que a un Javier María Pascual con El Pensamiento Navarro, a lo mejor éramos pocos pero debíamos de ser muy peligrosos cuando el “candidato” de Franco llevaba uniforme y el “Otro” no. Ahí tienen hoy a los mismos obcecados con lo mismo. El Carlismo no solo se predica, o se dan “soluciones”, hasta las tiranías tienen su parte blanca, hay que “ejercerlo” sin reblar. Y esa es la prueba del algodón. Y con Raquel Fernández Gago de directora, hoy en Nicaragua, seguimos lo mismo…Quizá hoy fuese una buena idea el plantearse de nuevo una empresa autogestionada como se intentó entonces. Ahí lo dejo, algo distinto.

 

   José Jesús R. Elvira,  Joan Tarres, Virus …….

    Caradeplata.

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